sábado, 5 de mayo de 2012

GUIA Descubrimiento y Conquista de Chile


CONQUISTA ESPAÑOLA DE AMÉRICA

       En la primera mitad del siglo XVI se desarrolló una nueva etapa en el proceso de penetración española en América: la Conquista de las tierras continentales.

     Esta fase significó un cambio en las concepciones coloniales de la Corona española, que vio la posibilidad de extender su poderío territorial sobre la "tierra de nadie" que representaba América.

        El proceso de incorporación de los nuevos territorios a la Corona española suponía la instauración de un nuevo tipo de conquista. Un sistema distinto al basado en el intercambio comercial y enfocado a la directa explotación de la mano de obra nativa para labores mineras y agrícolas, y al saqueo de las riquezas de los imperios indígenas.

       La Conquista, cuyos puntos de partida fueron las islas de Juana (Cuba) y La Española (República Dominicana), se desarrolló con una rapidez extraordinaria. En 1521, Hernán Cortés logra conquistar el imperio azteca. En 1531, Francisco Pizarro comienza la conquista del imperio inca. Esta ayudó a Diego de Almagro, socio de Pizarro, a iniciar una expedición que lograría descubrir en 1536 lo que se conocería como Chile.

Características de un conquistador

       Hombres inquietos, rápidamente comprendieron que el Nuevo Mundo les proporcionaba la oportunidad de mejorar su situación, sin las trabas y prejuicios sociales que los aplastaban en España.
          La condición social de los conquistadores españoles era, fundamentalmente, de villanos (vecinos comunes del vecindario de un pueblo, a excepción de quienes pertenecían a la nobleza, al clero o al estamento militar) y unos pocos hidalgos (personas que por su sangre son de una clase noble y distinguida). Los simples hidalgos, desprovistos de fortuna y en una condición social desmedrada, se convirtieron en un sector propicio para cualquier empresa o aventura que prometiera buenas recompensas. Su afán era alcanzar la categoría de grandes señores, poseedores de tierras y vasallos que trabajaran por ello. Como en España no se les presentaba ninguna posibilidad de realizar sus ambiciones, América les daba la oportunidad que soñaban.
           El porcentaje de villanos que pasó por América se calcula que sobrepasó el cincuenta por ciento. Hombres inquietos, rápidamente comprendieron que el Nuevo Mundo les proporcionaba la oportunidad de mejorar su situación, sin las trabas y prejuicios sociales que los aplastaban en España.

             En su gran mayoria, los españoles que vinieron a América provenian de las regiones de Castilla y Extremadura.

             Las empresas de conquista no eran finaciadas por el rey, salvo la de Colón, se trato de empresas particulares, que firmaban un contrato con el rey llamado capitulación; el que establecia la primacioa de la autoridad real en los territorios conquistados así como indicaba los beneficios para el conquistador.


DESCUBRIMIENTO DE CHILE


El conquistador español Diego de Almagro es usualmente acreditado como el “descubridor de Chile”.
El descubrimiento de Chile es el período histórico que se inició con la llegada de los españoles a tierras chilenas, específicamente la expedición de Hernando de Magallanes en 1520, luego continúa con la de Diego de Almagro en 1536, y concluye con la llegada de Pedro de Valdivia en 1541, quien inicia el período de la Conquista.
           
Expedición de Hernando de Magallanes


En su intento por llegar a las Indias, Hernando de Magallanes, descubrió para España las costas de la Patagonia y de la Tierra del Fuego, y también navegó las aguas del estrecho que luego recibiría su nombre: Magallanes.
En el invierno de 1520, los hombres bajo el mando de Magallanes tomaron contacto con los tehuelches, que llamaron la atención de los españoles por su elevada estatura, su vestimenta de piel de guanaco y su apariencia desgreñada. Fueron considerados como gigantes y bautizados como patagones, supuestamente a causa de las enormes huellas que dejaban sus pies forrados en pieles de guanaco. La región que habitaban fue nombrada Patagonia.
En su paso por el estrecho, divisaron muchas fogatas hacia el sur durante la noche, por lo que dieron a esa zona el nombre de Tierra del Fuego.
Mientras algunas naves de la expedición exploraban el brazo de mar que se abría hacia el sur, Magallanes avanzó hacia el noroeste y tomó posesión de la tierra en nombre del rey de España, en el puerto de las Sardinas, conocido hoy como Bahía Fortescue. A su salida del estrecho, el océano no presentaba tempestades tan frecuentes, por lo que Magallanes rebautizó el Mar del Sur de Balboa como océano Pacífico.
Magallanes y sus hombres fueron los primeros europeos en llegar a lo que actualmente es Chile y fue el que "abrió" las rutas marítimas entre el océano atlántico y el océano pacifico.

Expedición de Diego de Almagro
 Los Preparativos
Almagro inició los preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaron noticias de los incas de que la región al sur del Cuzco estaba poblada de oro, que había incluso una ciudad de oro; “El Dorado”, por lo que juntó fácilmente 500 españoles para la expedición, muchos de los cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100 esclavos negros y unos 1500 peruanos yanaconas para el transporte de las armas, ropas, víveres.
Las noticias que les llegaban de Chile eran absolutamente falsas, pues los incas planeaban una rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de españoles se alejara de Perú, sabiendo que al sur solo encontrarían indígenas hostiles.
Encomendó a Juan de Saavedra que se adelantase con una columna de 100 soldados para que, a la distancia de unas 130 leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.

Por el camino del Inca

Almagro salió del Cuzco el 3 de julio de 1535 con 50 hombres. Dejada atrás Moina, Almagro se encaminó por el camino del Inca, con los 50 hombres de que consistía su columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el río Desaguadero y se encontró con Saavedra en un poblado llamado Paria, en que logró reunir a 50 españoles más, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile, se reunió un total de 150 hombres. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.

El cruce de los Andes

En su avance por la cordillera, los expedicionarios sufrieron muchas penalidades, ya que caminaban agotados por el frío, el congelamiento de sus manos y pies, y por la dificultad de un suelo lleno de guijarros pequeños, de bordes afilados, que les destruían las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de la cordillera mató a gran parte de los indios yanaconas que empezaron a dejar en la ruta como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada y andaban a pie desnudo, y a varios los españoles, cuando se quitaban las botas, se les caían los congelados dedos de los pies. La tradición dice que fue por el hoy llamado Paso de San Francisco por donde Almagro realizó su triste travesía.
Las penurias aumentaron al internarse por ese paisaje helado, inhóspito y silencioso, llegando incluso a detener el avance por falta de ánimos. El conquistador, preocupado por la suerte de sus hombres, encabezó junto a otros veinte jinetes un grupo de avanzada, que atravesó la cordillera y después de cabalgar tres días enteros, llegaron al valle de Copiapó (en ese entonces Copayapu), recogiendo los víveres que le suministraron los indígenas que envió de inmediato para socorro de sus hombres.

Reconocimiento del territorio

Por fin el resto de la columna llegó a Copayapu (Valle del Copiapó) con 240 españoles, 1500 yanaconas, 150 negros y 112 caballos, entre los negros venía una mujer leal a Almagro llamada Malgarida. Quedaron para pasto de los cóndores 10 españoles, 170 caballos y cientos de indios auxiliares.
Después de la natural recuperación de energías, se dio la orden de reiniciar la marcha hacia el valle de Copiapó, sin embargo le desertaron una multitud de yanaconas que dejaron prácticamente sin sirvientes a los españoles. Almagro endureció la mano e hizo quemar a varios indios culpables de haber matado españoles.
Durante su marcha a esa región, el Adelantado tuvo noticias de un barco, el San Pedro que había recalado en la región, (Los Vilos) dirigido por Ruy Díaz y que venía lleno de ropas, armas y víveres para la expedición.
El territorio que el Adelantado esperaba encontrar lleno de riquezas no cumplía ni sus más mínimas expectativas, esto le causó una gran desilusión, por lo que decidió enviar una columna de 70 jinetes y 20 infantes dirigida por Gómez de Alvarado para que explorase el sur del territorio.
Cuando la columna llegó al río Itata, tuvo lugar en Reynogüelén el primer enfrentamiento entre los españoles y los mapuches, en la que la superioridad de las armas y la sorpresa por los caballos permitió una fácil victoria española frente a indios muy guerreros y que se asustaron al ver el hombre montado a caballo como un solo ser. Esto no sería más que una mera escaramuza en la futura y larga Guerra de Arauco que iniciaría Pedro de Valdivia.
Almagro al tener estas noticias, sopesó la situación y decidió no proseguir hacia el sur. Sin oro y con tan belicosos naturales, Almagro sólo pensó en regresar al Perú. Entre la alternativa de volver a atravesar la cordillera, o dirigirse por el desierto, se decidió por la segunda opción. En un acto de reconocimiento al sacrificio hecho por sus hombres en la expedición, y que no fueron recompensados con el ilusorio oro de esta región, decidió perdonar las deudas que sus soldados habían contraído con él, destruyendo todas las escrituras que los comprometían.
El camino por el desierto de Atacama también difícil, la hostilidad de los indígenas, sin contar con la escasez de agua y alimento, pero de cualquier forma se le consideró mejor que la travesía por los Andes.
Salieron en grupos pequeños de no más de 10 hombres haciendo jornadas de 20 km cada día. Durante el día se refugiaban bajo la sombra de los tamarugos, en la Pampa del Tamarugal y caminaban de noche.
Tal fue el estado físico en que llegó Almagro y sus seguidores que desde entonces se les llamó los "rotos de Chile" a quienes vinieran de esas tierras.
Solo se atrevería a ir a conquistarlo Pedro de Valdivia, cuatro años más tarde.


CONQUISTA DE CHILE

La Conquista de Chile es un periodo de la historia de Chile que comprende desde la llegada de Pedro de Valdivia a Chile en 1541hasta la muerte de Martín García Óñez de Loyola, durante la batalla de Curalaba en 1598.

La Expedición de Pedro de Valdivia

A pesar de haber acumulado una fortuna significativa por su participación en el Perú, su espíritu intranquilo lo llevó a iniciar un viaje a Chile, para dejar gloria y fama de sí. En abril de 1539, Pizarro le dio autorización como su teniente de gobernador para pasar a conquistar Chile, pero eso no implicaba ayuda monetaria, tenía que procurársela por su cuenta. Se asoció con el comerciante Francisco Martínez Vegaso, con el capitán Alonso de Monroy y así mismo debió celebrar contrato de compañía con Pedro Sánchez de la Hoz, antiguo secretario de Pizarro, que venía de regreso de España con la autorización del rey para explorar las tierras del sur del estrecho de Magallanes y el título de gobernador de las tierras que allí descubriese.
Después de la fracasada expedición de Almagro, nadie quería ir a Chile, considerada una tierra maldita que no ofrecía riquezas, sino sólo sufrimientos. Consiguió solo once soldados para su hueste, más una mujer, Inés Suárez, y unos mil indios auxiliares. A lo largo del camino se le unirían más expedicionarios, como Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre que junto a sus hombres incrementaron las huestes de Valdivia.
Al contrario de Diego de Almagro, tomó la ruta por el desierto de Atacama. Sánchez de la Hoz, que se había quedado en el Perú tratando de conseguir refuerzos pactados, lo que no consiguió llenándose de deudas, llegó al campamento de Valdivia por la noche y lo intentó asesinar para usurpar la jefatura de la hueste.
Pero Valdivia se encontraba ausente, y a su regreso perdona a Sánchez de la Hoz y destierra a tres de sus cómplices, obteniendo a cambio la renuncia de este a todo derecho de expedición y conquista.
Al llegar al valle de Copiapó, toma solemne posesión en nombre del rey de España de esta tierra y la nombra Nueva extremadura, en recuerdo a su tierra natal. Renueva la marcha hacia el valle del Aconcagua, donde el cacique Michimalonko intentó detenerlo sin éxito. El 12 de febrero de 1541, echó las bases de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo a los pies del cerro Santa Lucía (Huelén en mapudungún) y encerrada entre los brazos del            Mapocho. Trazó la ciudad en forma de damero, dentro de la isla fluvial dividen todo el terreno en manzanas, que se partieron a la vez en cuatro solares que se asignaron a los primeros vecinos. Al trazado y formación de la ciudad le siguió la creación del primer cabildo, organismo que ordenaba la vida pública en aquel entonces, importando el sistema jurídico e institucional español.
Comenzó a correr la voz de que los almagristas habían matado a Pizarro. De ser cierta la noticia, los poderes de teniente gobernador de Valdivia quedaban caducados. Podría entonces venir otra persona del Perú a tomar mando de la naciente colonia y quedar en el olvido, entregándoles las encomiendas de indios a advenedizos.
El cabildo consideró estos puntos resolvieron entregar a Valdivia el título de Gobernador y Capitán General en nombre del rey, que este rechazó inicialmente por motivos estratégicos de no quedar como traidor ante Pizarro por si seguía vivo, pero ante la amenaza de entregárselo a alguien más, aceptó el título, el 11 de junio de 1541, siendo entonces el primer Gobernador de Chile.

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Mapa de Santiago en 1552.

Valdivia organiza el primer reparto de encomiendas de indios entre los vecinos de Santiago. A pesar de que Chile no era rico en recursos minerales como el Perú, y no tenía una mano de obra indígena tan eficaz, se destinaron estos indios a atender las faenas del campo, a la construcción de casas y por sobre todo a los lavaderos de oro. Los primeros tiempos fueron duros, especialmente después del ataque del cacique Michimalonco, el 11 de septiembre de 1541, sobre la naciente ciudad, reduciéndola a un montón de escombros a causa de los incendios. Los indígenas aprovecharon la ocasión en que Valdivia y un grupo de conquistadores exploraban fuera de la ciudad para atacar. Quienes defendieron la ciudad en su momento dieron dura batalla y el resultado no fue peor gracias a la ayuda de Doña Inés de Suárez quien decidió darles muerte a los caciques prisioneros y lanzar sus cabezas a los atacantes sobre las empaladizas que rodeaban la ciudad.
Las hostilidades de los ataques se detuvieron, pero la ciudad casi destruida cayó en la miseria por lo que, para poder salvar la conquista de Chile, Valdivia mandó por auxilios al Perú a Alonso Monroy que sólo pudo regresar con la ayuda encomendada a fines de 1543, casi tres años después de la destrucción de la ciudad.
Valdivia Inició diversas obras de avance, entre las que se destaca la fundación de otras ciudades, comenzando por La Serena (1544). Luego Valdivia emprendió una campaña hacia el inexplorado sur, llegando a las márgenes del río Bío-Bío, iniciando la guerra contra el pueblo Mapuche o Guerra de Arauco, la que es relatada por Alonso de Ercilla en su obra La Araucana (1576). Militarmente obtuvo importantes triunfos, como la batalla de Andalién y la batalla de Penco (1550). Estas grandes victorias permitieron a Valdivia establecer ciudades en territorios indígenas, como Concepción (1550), La Imperial, Valdivia (1552), Villarrica (1552), y Los Confines (1553). Su estrategia contra los mapuche se baso en la Fundación de Fuertes y Ciudades
 La rebelión mapuche liderada por Lautaro, hábil estratega militar, que siendo un jovencito caballerizo de Valdivia había aprendido a usar las armas españolas, al huir posteriormente enseñara a esto a su pueblo y desarrollara la Táctica de los Escuadrones, diseñada para cansar a los españoles atacando los mapuche por grupos. En una trascendental batalla se acabó con la vida de Valdivia en Tucapel en 1553.

Conflictos tras la muerte de Valdivia


Hurtado de Mendoza, Villagra y Quiroga según ilustración de Alonso de Ovalle.
En el testamento de Valdivia, que sólo se debía abrir a su muerte, nombraba gobernador de Chile en primer lugar a Jerónimo de Alderete, en segundo aFrancisco de Aguirre y por último a Francisco de Villagra. Alderete se encontraba en España negociando el reconocimiento del cargo de Valdivia por el rey, Aguirre en la conquista de Tucumán y Villagra en las ciudades del sur (Concepción, La Imperial y Valdivia). Las ciudades del sur proclamaron entonces a Villagra como gobernador. No pasó lo mismo en Santiago en donde no se respetó el testamento de Valdivia y el Cabildo proclamó gobernador a Rodrigo de Quiroga.
Villagra intentó detener la rebelión indígena, que tenía como cabeza a Lautaro, pero al enfrentarse en la batalla de Marigueñu (26 de febrero) sufrió una terrible derrota, a consecuencia de la cual, resultó con la mitad de sus soldados muertos y sufriendo el despoblamiento y la destrucción de Concepción.
Llegado Villagra a Santiago para arreglar su situación, se obligó a Quiroga a dejar el mando. Pero el hijo de Aguirre le comunicó a su padre los acontecimientos y su designación del segundo lugar en el testamento, por lo que regresó a Chile y se entabló una pelea entre los dos capitanes, del que salió mejor parado Villagra, producto que su rival tenía apoyo solo en el norte de la gobernación (La Serena y Tucumán), mientras Villagra contaba con el apoyo de los habitantes de las ciudades del sur, muchos de ellos habitando en Santiago luego del despoblamiento de Concepción.
Para dirimir esta situación el Cabildo de Santiago somete la situación al fallo arbitral de los dos letrados, Aguirre los rechazó al desconfiar de las decisiones que se tomaran en Santiago.
Los letrados viajaron a Valparaíso a dictar su falla, la sentencia llegó a Santiago el 3 de octubre y fue leída en la plaza de armas la mañana siguiente. En ella se disponía que Villagrá partiese inmediatamente a socorrer las ciudades de la Imperial y Valdivia y que si en el plazo de siete meses no llegaba de la Audiencia el nombre del nuevo mandatarío se reconociese a Villagra como Gobernador.
La guerra de Arauco seguía su rumbo, y Lautaro vuelve a vencer a los españoles en Angol y en la refundada Concepción. Villagra cumpliendo el fallo de los letrados marcha al sur, y logra introducirse con sus hombres por sorpresa en el campamento mapuche, matando a Lautaro y venciendo a los araucanos en la Batalla de Mataquito (1 de abril de 1557).
Cuando se cumplieron los siete meses que los letrados habían dado como plazo a la Audiencia, Villagra vuelve a Santiago donde es nombrado Gobernador, una vez con el título decide viajar a La Serena a hacer valer su título frente a Aguirre, pero este al enterarse que Villagra viene en camino viaja a Copiapó para evitarlo. En Copiapó Aguirre recibe noticias desde el norte, había llegado un nuevo virrey al Perú y se había nombrado un nuevo Gobernador para Chile; se trataba de García Hurtado de Mendoza.

En 1563, volverá como Gobernador Francisco de Villagra, luego le sucedieron, Pedro de Villagra (1563-1565), Rodrigo de Quiroga (1565-1567 y 1575-1580), la Real Audiencia de Concepción y su presidente, Melchor Bravo de Saravia (1567-1575), Martín Ruiz de Gamboa (1580-1583), Alonso de Sotomayor (1583-1592) y, por último, Martín García Óñez de Loyola (1592-1598), se avocaron, fundamentalmente, a tratar de finiquitar el conflicto de Arauco, pero la suerte les fue esquiva. Debieron enfrentarse a continuas rebeliones mapuche dirigidas por valerosos toquis como Caupolicán y Galvarino.

Desastre de Curalaba

De hecho, a finales del siglo XVI resurgió la resistencia indígena, dirigida por los toqui Pelantaro y Anganamón, en lo que se conoce como desastre de Curalaba (23 de diciembre de 1598), donde murió el gobernador Martín García Óñez de Loyola y toda su gente. Además, las siete ciudades construidas al sur del Biobío –Santa Cruz, Angol, Concepción, La Imperial, Villarrica, Valdivia y Osorno– fueron arrasadas, murieron más de mil soldados y fueron capturados 400 mujeres y niños españoles y mestizos. 
 
          Los mapuches iniciaron entonces un levantamiento general que terminó finalmente con todas las ciudades al sur del río Biobío, excepto Concepción (vuelta a recuperar). De ahora en adelante los españoles paralizaron la expansión por el territorio de la misma manera que se realizó a lo largo del siglo XVI; y dividiría los territorios españoles en Chile, al tener su territorio norte (la Capitanía General de Chile) como frontera sur el río Biobío, y su territorio sur (Chiloé) como frontera norte el canal de Chacao (exceptuando la posterior recuperación del territorio y ciudad de Valdivia en 1645, y la recuperación a fines de la colonia de los territorios al sur de esta ciudad, como la ciudad de Osorno). Se perdian todos los lavaderos de oro de los españoles, pues se encontraban en territorio mapuche.

Este desastre y el término del gobierno de García Oñez de Loyola son los hechos que marcan el fin de la Conquista. Curalaba también constituía el mayor revés para los españoles en tierra americana, ya que el terreno perdido no volvería a recuperarse, efectivamente, en los doscientos años siguientes. Es el fin del periodo conocido como “Conquista” y el comienzo de la Época Colonial en Chile

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